¿Estás de pie junto a la cruz como María? Lo más fácil siempre será huir y dejar la Cruz, pero es de cristianos valientes permanecer de pie junto a la Cruz, junto a Jesús, uniendo mi sufrimiento al de mi Señor, cristianos dolorosos pero firmes, como María. Humanamente esto es imposible pero con Dios sí es posible.
El creer y seguir a Jesús no te promete que dejarás de sufrir y de tener problemas, pero estando con Dios tu yugo será liviano, porque el Señor Jesucristo te ayudará a llevarlo, Él lleva ya sobre sus hombros nuestras cargas y se entrega nuevamente ante el altar del Padre como cordero por amor a nosotros; Él es el “varón de dolores” y junto a Él siempre fiel está su madre María, Nuestra Señora de los Dolores, acompañando y rogando por nuestras dificultades, cargas, sufrimientos… acompañando a Jesús, siempre fiel en el Calvario, siempre firme junto a la Cruz.
De dónde María sacó tremenda fortaleza para superar la prueba de la Cruz de Cristo Primero, María creyó, su dolor estaba sostenido por la fe en Dios que le había dicho desde el inicio por medio del ángel “llena eres de gracia, el Señor está contigo”; Ella sabía que el Señor estaba siempre con Ella y que la voluntad de Dios siempre es buena y perfecta, aunque no se entienda,María mirando a Jesús Crucificado, cara a cara con el Hijo, cruzando sus miradas de amor en un diálogo silencioso de madre con el hijo amado… Eso debe haber fortalecido tanto a María, incluso para entender la encomienda que luego su propio hijo le daría: “Mujer, allí tienes a tu hijo”; Estar junto a la Cruz es mirar a Jesús y si lo miras con fe, Él te fortalecerá, te consolará, te sostendrá. Solo cree, míralo, permanece firme. ¿Duele? Sí, duele; ¿cuesta? Sí, cuesta, no es fácil. Pero “Allí tienes a tu Madre”.