Si el Espíritu Santo tiene una fiesta a lo largo del año donde es el gran protagonista, esa es la celebración de Pentecostés.
Proveniente del griego ‘pentēkostḗ’, que significa ‘quincuagésimo’, esta festividad celebra la reunión de los discípulos y la Virgen María en el Cenáculo de Jerusalén para recibir el Espíritu Santo.
Esta fiesta es considerada el punto culminante del tiempo de Pascua y la tercera en importancia del calendario litúrgico cristiano, después de la Vigilia Pascual y de la Navidad.
Durante Pentecostés, además, se celebra la consagración de la propia Iglesia y el inicio de la misión de ésta en la tierra.
¿Cuándo se celebra?
La fiesta de Pentecostés es una festividad móvil en el calendario, ya que depende de en qué fechas se celebra la Semana Santa.
No obstante, como indica su propio nombre, su celebración es siempre cincuenta días después de la Vigilia de Pascua, y diez días después del jueves de la Ascensión; aunque en la actualidad, la partida de Jesús al cielo se celebra justo el domingo anterior a Pentecostés. Este año se celebrará este domingo 5 de junio.
Por otro lado, nueve días antes de la fiesta de Pentecostés, comienza la Novena en honor al Espíritu Santo. Este ejercicio de devoción es la única prescrita oficialmente por la iglesia y la más “antigua” de todas, puesto que se rezó por primera vez cuando Jesús envió a sus apóstoles de regreso a Jerusalén para celebrar el primer Pentecostés.
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¿En qué parte de la Biblia se habla de Pentecostés?
La fiesta de Pentecostés se relata en el Nuevo Testamento de la Biblia, concretamente, en el capítulo dos del libro de los Hechos de los Apóstoles.
El pasaje bíblico de la venida del Espíritu Santo es el siguiente:
“Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.”
¿Qué papel tiene el Espíritu Santo en Pentecostés?
El Espíritu Santo es el gran protagonista de la fiesta de Pentecostés y su venida es uno de los fundamentos de la fe. En la liturgia se representa con el color rojo en las vestiduras y ornamentos.
Mediante el Espíritu Santo el espíritu del cristiano se perfecciona gracias a los dones y frutos que este otorga.
Los dones que concede el Espíritu Santo son: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
Mientras que los frutos del Espíritu Santo son: caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y castidad.
¿Qué importancia tiene Pentecostés?
Aparte de la venida del Espíritu Santo, en Pentecostés se celebra el comienzo de la misión evangelizadora de la propia Iglesia, que se realiza por el poder del Espíritu.
“Con su venida, que no cesa, el Espíritu Santo hace entrar al mundo en los ‘últimos tiempos’, el tiempo de la Iglesia, el Reino ya heredado, pero todavía no consumado”, afirma el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la importancia de Pentecostés.
La importancia de Pentecostés para un cristiano es, principalmente, poder recibir el Espíritu Santo.
De acuerdo con la teología cristiana, será a partir de Pentecostés cuando los creyentes cuentan en la figura del Espíritu Santo como un “consolador” que los acompañe y un “abogado” que los defienda.
Su presencia, además, estará siempre detrás de cada acción que tome la Iglesia en la tierra y será su gracia la que la lleve a expandirse por el mundo.
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¿Qué tradiciones se asocian a esta fiesta?
En los cinco continentes del planeta, los creyentes celebran cada año la fiesta de Pentecostés cumpliendo bellas y originales tradiciones.
En Italia, por ejemplo, acostumbran esparcir pétalos de rosas desde el techo de las iglesias para conmemorar las lenguas de fuego. En Francia, en cambio, es habitual escuchar el toque de trompetas, como si del viento que provocó la venida del Espíritu Santo se tratara.
En Inglaterra, que suelen llamar a la fiesta “Whitsunday” (Domingo Blanco), por las prendas blancas de los recién bautizados, las carreras de caballos son las grandes protagonistas de esta jornada. En Rusia, los creyentes llevan flores y ramas verdes en sus manos.
Muchos pueblos de España también cuentan con numerosos festejos durante la festividad. La celebración más famosa es la multitudinaria romería a caballo que se realiza en la aldea de Almonte (Huelva) a la Virgen de El Rocío.
Cabe destacar, además, que en varios países y ciudades no se trabaja el lunes después de Pentecostés, puesto que es la fiesta del Lunes de Pentecostés o de la Segunda Pascua. Tal es el caso de Barcelona y su área metropolitana, o en Bélgica, Francia, Países Bajos o Suiza.