La Fiesta de San Antonio de Padua combina lo religioso con lo profano, según tradición de éste concejo.
El 13 de Junio cientos de devotos de Cangas de Onís y visitantes rinden homenaje al santo patrón con unos festejos declarados de Interés Turístico Regional en 1998: la fiesta de San Antonio de Padua.
La devoción al santo data del siglo XVII. Se tiene constancia de que en el siglo XVIII ya se celebraban mercados semanales en el entorno de la Capilla de san Antonio. Está se encuentra en el alto de la localidad donde se venera la imagen del santo. La primitiva capilla se restauró a finales del siglo XIX.
La Fiesta de San Antonio de Padua comienza unos días previos al día 13 y suele durar seis o siete días. El pregonero elegido cada año, da lectura al pregón de las fiestas en el Teatro Colón. Allí también se procede a la presentación de la Reina de las fiestas y de sus Damas de honor. El Coro Peñasanta y la Banda de Gaitas de Cangas de Onís amenizan el acto. Las jornadas arrancan con el tradicional pasacalle, seguido de los Xigantes (Gigantes) y Cabezudos.
El día 12, víspera del santo, se celebra en el Robledal de San Antonio la Verbena de la Joguera (hoguera), denominada Quema del Rozu (la quema de arbustos de la zona: brezo, tejo…) y los más jóvenes saltarán la hoguera. No olvidemos que el día 23 de junio da comienzo el solsticio de verano y el salto de la hoguera simboliza un rito de iniciación; una práctica muy extendida por toda España.
Al amanecer del 13 de junio una descarga de cohetes anuncia el Día Grande y, desde primeras horas de la mañana, las calles se van transformando en una fiesta. Hombres y mujeres lucen el traje típico, ellos de porruanos y ellas de llaniscas (los trajes tradicionales que se utilizan en la zona oriental de Asturias, originarios de Porrúa y Llanes).
A las 10 de la mañana, se celebra una misa en la Capilla de San Antonio y a continuación la imagen del patrón sale en procesión hacia la Iglesia Parroquial de Santa María. El camino se hace en compañía de cientos de fieles y de la Banda de Gaitas de Cangas de Onís. Tras la misa solemne, con el repicar de campanas, comienza la procesión de vuelta del santo a su capilla, uno de los momentos más emotivos. Los niños encabezan el desfile, seguidos por las aldeanas y los mozos, que llevan a hombros los ramus (ramos hechos con pan y flores) seguidos de la Reina con sus Damas. Este es uno de los momentos más importantes de la fiesta de San Antonio de Padua.
Subasta del pan de Escanda
Seguidamente se procede a la Subasta del pan de escanda. Los devotos, en acción de gracias por diferentes motivos, ofrecen al santo un ramu de pan y también otros productos (jamón, quesos etc…). El sacristán subastará fuera de la Capilla. El dinero recaudado servirá para sufragar los gastos de la Capilla dónde se celebra la fiesta de San Antonio de Padua. Desde 1.749 pervive esta costumbre de la subasta del pan de escanda, el principal alimento de la población asturiana hasta la llegada del maíz, en siglo XVI. “Para la leña, la de faya y para pan, el de escanda” dice un proverbio asturiano.
Tras la subasta tiene lugar La quema del Xigante, un muñeco relacionado con algún acontecimiento ocurrido a lo largo del año que arde con gran estruendo de tracas y petardos.
A continuación la costumbre es ir a comer al Robledal de San Antonio los productos típicos de la zona: el bollu preñau (bollo de pan que se cuece con chorizo o panceta en su interior), empanadas, gran variedad de quesos y, por supuesto acompañados de la sidra. Al caer la tarde se organiza la romería en el Robledal con orquesta y baile; por la noche, habrá de nuevo verbena.
El domingo siguiente a San Antonio se celebra La Jira, una merienda campestre tradicional en el Prado de la Jira, con una romería. Es el momento en que la Sociedad de festejos reparte a sus socios una botella de vino y un bollu preñau.
Se pone punto final a la fiesta de San Antonio de Padua con un espectáculo pirotécnico en el puente romano cuando se alcanza la media noche y con la última verbena a continuación.