Para el pueblo judío, Pentecostés (en hebreo, Shavuot) tiene lugar cincuenta días después de la Pascua. Recuerda el momento en que Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés. En el año agrícola, Pentecostés era la segunda fiesta del calendario, la fiesta de la cosecha. Se celebraba cincuenta días después de Pascua (Pesaj), que recordaba la salida de Egipto del pueblo de Israel. En Pentecostés, los primeros frutos se ofrecían a Dios en ofrenda. La fiesta de Pentecostés ponía término también a las festividades agrícolas.
Artículo recomendado
1 de enero: María, Madre de Dios
Lentamente, se asoció a esta celebración el recuerdo de la transmisión de las Tablas de la Ley a Moisés, es decir, la fundación de la religión judía. La fiesta de la cosecha se convirtió, entonces, en la celebración de la Antigua Alianza entre el Señor y su pueblo.
Como los judíos, los cristianos celebran Pentecostés cincuenta días después de Pascua. Y si la Pascua es para ellos la conmemoración de la Resurrección de Cristo, Pentecostés marca el momento en que el Espíritu Santo se posó sobre los discípulos. En el día de Pentecostés ellos abrieron su inteligencia a la fe. Para los cristianos, esto significa la alianza renovada entre Dios y su pueblo, una nueva alianza. En otras palabras, para la Iglesia, Pentecostés constituye su «certificado» de nacimiento.