Los dioses nórdicos
Los dioses nórdicos pertenecen a la tradición escandinava, es decir, a los pueblos germanos del norte de Europa, y tal como los dioses griegos, forman parte de una rica y vasta mitología.
Esta religión nórdica carecía de libro sagrado y se transmitía oralmente a través de canciones y poemas, especialmente durante la época vikinga.
Los dioses nórdicos se dividían en dos clases. Por un lado los Aesir, seguidores de Odín, a cuyo alrededor hacían asamblea en el paraíso terrenal, la tierra celeste de Asgard.
Estos dioses poseían sus propias personalidades y talentos, asociados a elementos como el trueno (Thor), la inteligencia (Balder) o el caos (Loki).
Y por otro lado estaban los Vanir, dioses más terrenales que gobernaban el mar, las olas, el fuego, el viento y que vivían en Vanaheim, desde donde ejercían el control pleno de sus dominios.
Mientras que los Aesir eran dioses guerreros, los Vanir eran pacíficos; pero entre ambos grupos había habido una gran guerra, que culminó con acuerdos de paz y casamientos entre ellos.
Agnosticismo y ateísmo
Así como existen los religiosos, existen aquellos que no creen en nada, o que no creen en Dios, o que creen a su manera muy personal.
Por lo general estos son referidos como ateos (que no creen en la existencia de un Dios ni de divinidad alguna) o agnósticos (que no niegan la posibilidad de un Dios, pero lo consideran algo imposible de dilucidar).