Para cuando eches de menos a esa persona que se fue
Todavía tengo la promesa en mi mente, aquella en la que pedía un poco más de tiempo para que hiciéramos las cosas mejor, que las tardes fueran más largas y las noches más amena.
Todos los días cuando salgo a caminar te juro que me gustaría encontrarte en alguna esquina, así sea por cinco segundos, ojalá la vida me hiciera ese favor, el de poder decirte: “adiós, nos veremos pronto”, pero es pedir demasiado y no me quedaría conforme.
Yo sé que todos estamos rotos, yo se que todos tenemos una fecha donde tenemos un punto de pausa y de partida, donde la continuidad de nuestra vida no es la misma, yo sé que a todos nos pasa que nos gustaría cambiar las cosas, expresarnos más, decir aquello que nunca pudimos decir porque nos enfocamos en otras cosas que olvidamos por completo que el tiempo pasa muy rápido.
Ojalá pudiéramos cambiar las cartas del juego, el guion de la historia, ojalá pudiéramos borrar esa parte donde la vida se nos rompe y escribir algo diferente, un final donde sonriamos para siempre, donde nos abracemos sin soltarnos.
Y todo eso se queda en un vago deseo, mientras suspiro y veo por mi ventana, suspiro porque todo me recuerda a ti, las canciones, los colores, algunos aromas, tu día favorito, tu cumpleaños y yo de este lado, yendo a la cocina a preparar mi café.
Y yo sé, que a la mayoría le pasa por la mente y visualizan como sería todo si aún a su lado, estuviera esa persona, pero la vida no es como la pensamos y solo queda imaginar, recordar y seguir porque después de todo, es lo único que nos corresponde.
Guardaste tu dolor, dejaste que sanara y es una parte de tu historia que jamás podrá ser borrada, las ausencias marcan, nos cambian para siempre y de alguna forma, no sé cómo, nos mantiene a flote. Pero para llegar a eso tiene que pasar mucho tiempo, lo siento si todavía tú no logras llegar a la orilla.
-Alejandro Sequera Pinto
Libro: querido yo, vamos a estar bien