¿Qué es el judaísmo?
El judaísmo es la más antigua de las tres grandes religiones monoteístas (abrahámicas) nacidas en Medio Oriente, junto al cristianismo y al islam.
Además, es un conjunto de tradiciones, representaciones y prácticas rituales pertenecientes al pueblo judío. La tradición y cultura judía data de la antigüedad, y abarca un conjunto bastante heterogéneo de prácticas, tradiciones y posturas frente al hecho religioso.
Esto se debe en gran medida a la diáspora que vivió el pueblo judío desde tiempos ancestrales, ya que han sido repudiados e incluso perseguidos por otras naciones, haciendo de ellos una suerte de pueblo errante.
El judaísmo hoy en día reúne fieles y practicantes en mayor o menor grado a lo largo de casi todo el planeta, especialmente en los Estados Unidos (6.5 millones) e Israel (5.9 millones).
A nivel mundial, existen aproximadamente 14.3 millones de judíos en sus distintas ramas. Muchas de ellas conservan vivas las lenguas judías, como el hebreo y el yiddish, entre otras lenguas híbridas.
Origen del judaísmo
El judaísmo sitúa sus orígenes en la antigüedad bíblica, específicamente a la vida de Abraham, un pastor nómada de Ur, en la antigua Mesopotamia.
Abraham recibió un llamado de Dios mismo para fundar su patria en Canaán, entre el mar Mediterráneo y el río Jordán.
Sus descendientes, empujados por el hambre a migrar hacia las regiones del Nilo, fueron sometidos a esclavitud por los Faraones.
Sin embargo, Moisés los liberó y guió de vuelta a su Tierra Prometida. Posteriormente, Dios le entregó a Moises, en piedra, los diez mandamientos, dando así origen a la doctrina judía.
¿Cómo fue fundado el judaísmo?
El judaísmo no posee un fundador reconocido, si bien la tradición se remonta al primer hebreo, Abraham, el mismo patriarca de los credos cristiano e islámico.
En sus inicios, el pueblo judío se denominaba a sí mismo hebreo (“que viene de otro lado”) o israelí, ya que su primer reino establecido llevaba el nombre de Israel (“que ha luchado con Dios”).
El término “judío” apareció mucho después, consecuencia de la división del reino en dos: Israel y Judea o Judá.