¿Qué significa Dios?

¿Qué significa Dios?

Dios
La palabra Dios puede significar “brillo” o “resplandor”.

Hay muchas explicaciones etimológicas de la palabra “Dios” en español.

La más común señala que viene del latín deus, que a su vez proviene del griego theos (“divino, luminoso”) vinculado con el nombre del dios mayor de la religión griega antigua, Zeus, padre de los dioses olímpicos.

Este nombre vendría según algunas teorías de la raíz protoindoeuropea *deiwos~diewos, cuya traducción seria “brillo”, “resplandor”, de donde nace también el vocablo sánscrito deva, “ser celestial” y cuyos contenidos semánticos sobrevivirían en nuestro “día”.

Todo parece indicar que en el común de las religiones primitivas, el Sol y el firmamento jugaban el rol del padre creador o fecundador, y la tierra o la noche el de la madre fecundada.

Atributos de un dios

Los atributos de los dioses pueden variar enormemente dependiendo de la tradición religiosa, pero algunos suelen ser comunes (aunque no “universales”):

  • Ubicuidad. Un dios está en todos lados, como una presencia invisible. Por eso puede verlo todo o estar en varios sitios a la vez.
  • Simpleza. Los dioses son entidades primigenias, que a lo sumo tienen progenitores divinos también, pero que son simples en principio, pues responden a un conjunto de ideas asignadas, como puede ser el dios del sol, el dios del mar, etc.
  • Poderes. Los dioses poseen poderes sobrehumanos y generalmente modelan la realidad a su antojo, especialmente aquellos segmentos de la misma con que tengan afinidad. Por ejemplo, el dios del mar es también responsable de las olas, de los maremotos, etc. En el caso del dios monoteísta, simplemente es omnipotente, capaz de todo.
  • Infinitud. Los dioses no mueren, a menos que sea a manos de otros dioses, y a menudo pueden ser revividos, o pueden perdurar con otras formas o en otros cuerpos. El dios monoteísta no conoce tiempo ni destino, es eterno e insondable, pues no está sujeto a las leyes del universo que él creó.
  • Autonomía. Los grandes dioses, como el monoteísta, no provienen de ninguna parte, sino que se hicieron a sí mismos, y por ende no le responden a nadie sino a su propia voluntad. Son “el alfa y el omega” (el principio y el fin del alfabeto griego).
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