San Agustín meditando sobre la Trinidad

Según la historia del santo, éste se encontraba paseando a la orilla del mar meditando sobre el misterio de la Trinidad cuando vio a un niño llenando un hoyo en la arena con el agua del mar. San Agustín le preguntó porqué lo hacía, a lo que el niño respondió que intentaba vaciar todo el agua del mar en el agujero. Al escucharlo, el santo dijo al niño que aquello era imposible, a lo que éste respondió que si aquello era imposible, más imposible aún era tratar de descifrar el misterio de la Santísima Trinidad.

Guercino presenta a los protagonistas en una escena ligeramente diferente al relato original. El santo, acompañado de la mitra episcopal en alusión al cargo de obispado que ocupó en Hipona, escribe a la orilla del mar mientras el niño le instruye señalando el hoyo en la arena.

La obra fue pintada para un abate napolitano llamado Peretti. Aparece registrada en el inventario de 1746 de la colección de Isabel de Farnesio (1692-1766) en el Palacio de La Granja de San Ildefonso, en 1794 en el Palacio de Aranjuez y en 1814 en el Palacio Real de Madrid.

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