Algún día, cuando mis hijos tengan edad suficiente para comprender la lógica que motiva a las madres y a los padres, les diré:
Te amé lo suficiente como para preguntarte adónde ibas, con quién y a qué hora volverías a casa.
Te quise bastante, como insistir en que ahorraras para comprarte lo que tanto deseabas, aunque nosotros, tus padres, lo hubiésemos comprado.
Te amé lo suficiente como para callarte y dejarte descubrir que tu nuevo mejor amigo era un proxeneta.
Te amé lo suficiente como para “molestarte” e insistir en que arreglaras tu habitación, algo que habría hecho en un abrir y cerrar de ojos.
Te amé lo suficiente como para dejarte ver mi enojo y mis lágrimas al reconocer no ser una madre o un padre perfecto.
Te amé lo suficiente como para dejarte asumir la responsabilidad de tus acciones.
Pero, sobre todo… Te amé lo suficiente como para decir NO cuando sabía que me odiarías por ello.
Esas fueron las batallas más difíciles para mí. Pero me alegro de haberlos ganado porque al final tú también los ganaste.
Algún día, cuando tus hijos tengan edad suficiente para comprender la lógica que motiva a los padres, también les dirás:
Te amé lo suficiente.
Como agradecimiento publicaré esta oración en diferentes grupos para que otras personas que tanto te necesitan en este momento aprendan a tener confianza en tu divina misericordia e iluminen mis pasos como el sol ilumina cada día el amanecer y sean testigos de nuestra conversación. (Reza un padre nuestro, Ave María, gloria al padre.) JESUS MI CONFIANZA EN TI AUMENTARÁ MI FE CADA VEZ. AMÉN TE ALABADO MI SEÑOR AMÉN
